martes, 28 de octubre de 2014

Diagnóstico sí, diagnóstico no.

Tras un tiempo desaparecida (se me rompió el ordenador), ¡por fin toca entrada! Esta va a ser breve y muy ligada a otra que escribí ya sobre las "etiquetas", pero necesitaba exponer mi opinión de alguna forma dado las recientes declaraciones de Marino Pérez sobre la no existencia del TDAH y artículos a raíz de ellas que he visto en diversos periódicos (por cierto, con informaciones no contrastadas y erróneas).

Lo primero, expondré mi opinión sobre el TDAH, que en realidad, es generalizable a todos los trastornos psicopatológicos y a muchísimos "médicos". No puedo afirmar que el TDAH exista, del mismo modo que no puedo afirmar que no. ¿Está sobrediagnosticado? Creo que sí. ¿La escuela actual favorece que cierta clase de niños se desvíen de la norma y no puedan atenerse a ciertas reglas de comportamiento? Sí. La actual y la de siempre. ¿Habría otras formas de educar, sobre todo a los más pequeños? Haylas. ¿Me parece peligroso dar una medicación estimulante de forma crónica a niños pequeños? Obviamente. Y vuelven a faltar psicólogos clínicos (másplazasPIRporfavor). ¿Quiere esto decir que NO hay un sólo niño con problemas que pudieran estar relacionados con lo que entendemos por TDAH? ¿Es que no hay niños tampoco con dislexia, depresión o esquizofrenia? Para mí, la respuesta es obvia.

Ahora, pasemos a analizar algunos de los argumentos que se utilizan para defender la no existencia del diagnóstico de TDAH. Se dice que, aun suponiendo que es un trastorno con una fuerte base biológica (hipofrontalidad, tasas de concordancia en gemelos monocigóticos que llegan al 70%), no se encuentra ni una sola prueba concluyente para hacer el diagnóstico y que sirva para diferenciar a quienes de verdad tienen el trastorno de quienes no. Bien, si nos dejamos guiar por este argumento, ¿acaso entonces podemos afirmar que exista algún trastorno psicopatológico? Partimos de un modelo de diátesis-estrés, de una vulnerabilidad biológica y psicológica de base que se "activa" por así decirlo por acontecimientos ambientales (50% genética, 50% ambiente como regla general). Se supone que todos los trastornos tienen esa base biológica, aunque no sea suficiente por sí sola para desarrollar el problema. ¿Me puede decir alguien dónde está la prueba médica infalible para diagnosticar una depresión? ¿O una esquizofrenia? (otro trastorno que también se medica de forma crónica, por cierto, aunque haya pruebas de que no es necesario e incluso es contraproducente). ¿Los hallazgos con técnicas de neuroimagen son causa o consecuencia del trastorno? ¿Y cómo influye la medicación? Así, no podríamos diagnosticar nunca, ya que sólo podemos de momento establecer correlaciones no generalizables que no se cumplen en todos los casos. Así, la hipofrontalidad se puede encontrar tanto en el TDAH como en la Esquizofrenia, el aumento de los ventrículos tanto en Esquizofrenia como en Trastorno Bipolar...etc y no todos los pacientes muestran las mismas alteraciones.
¿Es esto algo que ocurre exclusivamente en los trastornos psicopatológicos? ¿Somos los psicólogos y los psiquiatras los científicos que se sacan diagnósticos de la manga? Desde luego que no. Partiendo de que en ambas disciplinas de toma un modelo médico de diagnóstico como referencia (es decir, nosológico) y quizás sería más adecuado otro tipo de modelos (algo que no entra dentro de la discusión de momento aquí), tendemos a pensar entonces como referencia a la "medicina tal cual"  (aunque la psiquiatría sea una rama de la medicina), a esa que te hace un análisis de sangre y te dice lo que tienes. Violá. Sería lo ideal, ¿no? Una prueba concluyente para cada trastorno. Innumerables enfermedades médicas no tienen pruebas concluyentes, se confunden entre sí. ¿Podemos entonces decir que esas enfermedades no existen? Pongamos un ejemplo. La enfermedad de Behçet es un trastorno autoinmune, una vasculitis sistémica que afecta a todos los vasos sanguíneos del cuerpo. Entre otros síntomas presenta: úlceras genitales y orales, afectación de la piel, uveítis (y otros problemas oculares), artritis, problemas digestivos (pseudocrohn), problemas neurológicos, vasculares... etc. No hay ni una sola prueba médica que nos indique que estamos ante esta enfermedad. El diagnóstico se hace en base a la clínica y descartando enfermedades afines y similares tales como Crohn o Esclerosis Múltiple. ¿Afirmamos que esta enfermedad no existe, pues? De nuevo, la respuesta es obvia.

Otro de los argumentos que he leído en contra del TDAH es la supuesta eficacia de la medicación. Desde luego, para medicar a cualquier ser humano de forma crónica, habría que ir con muchísima cautela. Los estudios en general en psiquiatría y psicología clínica no dejan de advertir las limitaciones de la medicación y que, por lo general, debería relegarse a los casos más graves y crónicos y en cierto tipo de trastornos y cuando el paciente lo desee (lo que no es normal es que vengan adolescentes a consulta con la Fluoxetina puesta de casa por el médico de cabecera antes de haber siquiera comenzado el tratamiento psicológico y sin que les haya visto jamás un psiquiatra; y lo mismo con los adultos). La medicación "parece funcionar", sobre todo con cierto tipo de síntomas. Se critica que se parte de un supuesto mecanismo de acción (hipótesis de la infraactivación o la de la sobreactivación), sin que haya pruebas de que funcionen por ello realmente. Volvemos a lo de antes. ¿En cuántas enfermedades funcionan incluso varias medicaciones y no se sabe por qué? No estoy diciendo que mediquemos entonces por supuesto a los niños. Ya hemos visto todos los problemas de los que partimos (sobrediagnóstico, falta de tratamiento psicológico...). Pero tampoco podemos desechar una alternativa terapéutica sin argumentos sólidos contra ella.

En conclusión, considero que antes de hacer afirmaciones dogmáticas y absolutas, deberíamos indagar más allá y no quedarnos con un plano de la realidad. Supuestos expertos que pueden influir mucho y se quedan con argumentos vacuos. La clínica, la realidad, es mucho más complicada que un estudio de neuroimagen. La realidad es que hay padres asustados, niños incomprendidos y que llámalo TDAH o llámalo X, necesitan ayuda. No es normal que pasemos de diagnosticar a todas horas trastornos a que de repente, pasemos a no diagnosticarlos nunca. Porque diagnostiques una cosa no quiere decir que exista, y porque no la diagnosticas, no quiere decir que no lo haga.

Espero que esta entrada no levante muchas ampollas.

Por lo demás, aquí sigo, estudiando, para alcanzar mi sueño de ayudar a los demás.

domingo, 8 de junio de 2014

¡Buenas nuevas!

No todo el mundo estará de acuerdo con el título de esta entrada, pero como es mi blog pues yo me lo guiso, yo me lo como. El caso es que por fin hemos podido leer algo oficial desde el Congreso y no las tropecientas mil declaraciones de "sí pero no", "yo digo una cosa, él otro y nos decimos nada" que han estado haciendo los COPs y diversas asociaciones de Psicólogos y Clínicos acerca de la supeditación del acceso al PIR previo MPGS. Y, definitivamente, ¡no va a ser obligatorio hacer el máster para presentarse al PIR!  Para mí, ha reinado la cordura. Esto no quiere decir que ahora la Psicología y la Clínica estén exentas de problemas, legales, sociales y toda índole, ni mucho menos; pero por fin se zanja el tema que nos ha tenido a muchos preocupados y abocó a muchos a lanzarse a hacer másteres y el MPGS.
Ahora mi gran duda es la siguiente: ¿qué va a ocurrir con la troncalidad? En principio, "sólo" se habla de ella en relación a Medicina, pero como bien sabemos, todas las formaciones "IRES" están ligadas entre sí y "siguen" en cierto modo, al modelo MIR. Desde la Psicología Clínica (y desde mi propia opinión personal) se entiende la necesidad de que haya "subespecialidades", básicamente dos: Adultos e Infanto-Juvenil. Pero bueno, esto es algo que tendremos que seguir con cautela e informándonos adecuadamente, a ver en qué queda todo ello^^


Y con este pequeño post, os dejo por hoy.
He estado leyendo esta mañana artículos muy interesantes acerca del uso de antipsicóticos en esquizofrenia. Últimamente no paro de ver noticias relacionadas con ello que advierten de que no son inherentes al tratamiento en todos los casos, ni tan eficaces a largo plazo como siempre se ha querido hacer ver y en muchas ocasiones, dificultan la recuperación funcional, aunque obviamente sean necesarios y útiles en ciertos casos y momentos de la enfermedad. La cuestión es que me ha sorprendido gratamente ver cómo son los propios psiquiatras, desde el modelo médico, quienes abogan por un cambio en el paradigma terapéutico y se preocupan por formarse en psicoterapias y por formar equipos multidisciplinares, reconociendo el gran valor de otras especialidades como la Psicología Clínica, la enfermería, terapia ocupacional...etc. A ver si otro día puedo explayarme algo más en esta tema con información fidedigna y contrastada, datos estadísticos y ejemplos verdaderos.
Sólo falta ahora que se reconozca la necesidad de la Psicología Clínica dentro de la sociedad y se desterren tantos mitos absurdos que hay. Y no sé, ya de paso, aumentar las plazas PIR :D (sugerencias de una servidora jiji).

Bueno queridos estudiantes PIR y compañía, espero que ahora respiréis tranquilos, os olvidéis de másteres y leyes y cosas absurdas y os preocupéis por lo que verdaderamente importa: ESTUDIAR. Tenemos que estudiar mucho, echarle horas, hacer esquemas...y conseguir nuestra plaza PIR. ¿Pero sabéis lo más importante? Tenemos que estudiar, luchar, ser constantes...para ser los mejores profesionales de la Salud Mental que podamos llegar a ser y dar el mejor servicio a los pacientes que podamos llegar a dar, porque las personas se merecen que nos preocupemos por ellas.

¡Ánimo!




sábado, 10 de mayo de 2014

Psicología más allá de los libros.

Estudié Psicología para ayudar a las personas. Así de simple, inocente y algunos pensaréis, utópico. Pues sí, quizás tengáis razón, pero es un motivo genuino y que no se ha distorsionado a lo largo de los años. Y para ser Psicóloga Clínica tengo que hacer el PIR, la residencia. Cuatro años de formación que, aunque no exentos de carencias, es la vía la especialidad. Pero antes, te pasas un tiempo estudiando, después de los ya 4-5 años de carrera y quizás, algún máster entre medias. Digamos entonces que llevamos años con el culo pegado a la silla, y los que te quedan. Y entonces, ¿lo de ayudar dónde queda? Te repites a ti mismo: no tengo que perder de vista el objetivo, todo esto no es en vano, lo conseguiré y de verdad, seré útil y podré aliviar a personas que sufren. Y mientras tanto hay niños que se desmayan en la escuela porque pasan hambre, personas que pierden su hogar, que no tienen nada más que valentía y ganas de sobrevivir. Y tú sigues sentado en la silla y te has gastado 50 euros en fotocopias. Y ahora mismo tu única necesidad y lo único que te apetece hacer es salir un rato, tomarte algo, cenar por ahí, ver una peli, cocinar. Y mientras tanto, madres y padres sin recursos económicos que no pueden permitirse tener otro hijo, homosexuales acosados en la escuela, inmigrantes que tenían un sueño y mueren en la frontera. Pero tú tienes que seguir, es como si el mundo de ahí fuera no existiera. Y quizás te pares un momento a pensar en todo esto, se te encoja el corazón ante la sonrisa de un niño que prueba por primera vez el agua potable. Y quizás entonces quieras salir huyendo, hacer algo de verdad, colaborar. Personas que dan la vida por mejorar la de los demás. Y te sientes impotente. Y entonces piensas "bueno, ya ayudaré, para eso estoy estudiando tanto" y entonces, te consuelas un poco a ti mismo. Pero no al mendigo de la esquina, a él no le consuela nada. Ni al abuelillo polimedicado que no tiene para pagarse las pastillas porque alguien ha decidido que su pensión es más que suficiente. Y quizás te asquees porque tú mismo quieres formar parte del Estado, de ese Estado que no protege a nadie, pero que ves como única alternativa. ¿Y si creamos nosotros los caminos? ¿Qué podemos hacer? Y tenemos miedo. Y luego todos queremos nuestro despacho, nuestro sueldo fijo, nuestro reconocimiento. Es completamente natural, como quienes mueren por cólera y sólo desearían tener agua limpia. Cada uno quiere lo que necesita, y quizás un poco más. Pero yo me hice psicóloga por un motivo que iba más allá de mí y aquí sigo, en mi ordenador, escribiendo esto y sin hacer nada por los demás.

Esperemos que algún día, merezca la pena.

Así que levantad la vista de los Belloch, del DSM y salid un rato. Observad el mundo, a las personas. Sus virtudes, sus defectos. Lo maravillosa que es la vida aunque el mundo se caiga a cachos. Y desead fervientemente formar parte de él, desead con todas vuestras fuerzas que la vida de cada ser vivo de este planeta, sea algo que realmente pueda ser llamado vida. Quizás aprendamos más de los demás escuchándolos, mirándoles a los ojos, cogiendo la mano de un padre que llora porque sus hijos tienen que irse del país, del niño que comparte sin pensar en nada más. Y quered formar parte de ello.

Estudiad, estudiad mucho. Pero no os olvidéis de por qué lo hacéis.

martes, 6 de mayo de 2014

Etiquetas: psicólogos o contrapsicólogos.

En los últimos tiempos, he sido partícipe de varios debates y he leído varios artículos acerca de la supuesta "etiquetación" que realizamos psicólogos clínicos y psiquiatras con nuestros pacientes. Parece estar de moda, no sé, nos pensaremos que es algo muy nuevo esta discusión. Pero lo que más me sorprende es que todas las opiniones que he oído/leído (si hay alguien discordante,¡por favor, que hable!) están a favor de "no etiquetar". Bien. Lo primero es que, a mí parecer, estamos confundiendo términos y realidades. No, señores y señoras, dar un diagnóstico a un paciente NO es etiquetarle. Cuando utilizamos este término sí que estamos dando a entender que podemos concebir a los seres humanos cual productos, reductibles, simples, intercambiables. Tenemos que partir de la premisa de que eso no es verdad, de modo que "etiquetar" en sí queda absurdo referido a un ser humano, y quien trate a una persona como algo "etiquetable", sí que está cayendo en un error. Eso sí es ser mal profesional. De modo que hablemos propiamente y refirámonos al diagnóstico. ¿Es una persona meramente un diagnóstico? ¿Son las clasificaciones diagnósticas válidas? ¿Recogen toda la diversidad de problemas y matices de los seres humanos? ¿Es completamente correcto partir de un modelo médico que crea y cree en entidades nosológicas separadas? NO. No hay que ser un genio para responder a estas preguntas, son todas las críticas que se le han hecho al DSM y la CIE, entre otras clasificaciones. Pero a veces nos olvidamos también de sus ventajas: permiten la comunicación entre profesionales, la creación de inventarios, de investigaciones, te pueden hacer advertir detalles que no habías evaluado o de los cuales no te había percatado, entre otras cosas. Claro que están llenas de intereses económicos y de muchas índoles, claro que no son verdades absolutas. Esa es otra de las premisas de las que deberíamos partir y no olvidar. Pero todo esto, lo es desde el punto de vista del profesional. Que podemos seguir discutiendo años y años sobre si "ese trastorno no debería estar conceptualizado así" o "ahora me enfado y no uso DSM" y blablabla (por favor, nótese el toque de humor, aquí cada uno que use lo que quiera partiendo de su propio criterio). Pero ¿y el paciente? ¿Nos ponemos en el punto de vista del paciente? Se supone que todos aquellos que defienden el NO diagnóstico, sí lo hacen. Dicen que puede hacer sentir a la persona una enferma, o crear un problema grave donde sólo hay una disfunción o una crisis vital, encasillarla y no permitirla avanzar. Pues bien, eso NO es problema del diagnóstico, es tanto problema del profesional como del paciente en sí. Si tú no sabes transmitirle que a pesar de tener un TLP es mucho más que eso y que tiene inquietudes, sueños y virtudes, que saber qué es un TLP le puede ayudar a conocerse a sí mismo y a identificar qué patrones puede cambiar y con cuáles ha de estar alerta, si el paciente no advierte eso, es responsabilidad tanto del profesional que no sabe transmitirle adecuadamente la información, como del propio paciente que se refugia en un diagnóstico para no avanzar y tener justificación para todos sus males. Pero es que eso le puede ocurrir lo mismo con diagnóstico o sin él. Bien, eso es una parte de la realidad clínica y obviamente hay que evaluar en cada caso hasta qué punto realizar un diagnóstico "oficial" por así decirlo o no (aunque fuera de lo clínico, en los burocrático se necesita el diagnóstico para muchas tramitaciones, pero bueno) y evaluar no solamente trastornos, sino el nivel de adaptación y la vida general del paciente. Pero es que hay otra parte, señores y señoras. Esas personas que llevan tiempo sufriendo, que no entienden qué les ocurre y que, a veces, el diagnóstico les puede ayudar a comprenderse, a aliviar su dolor porque por fin saben qué les ocurre. Eso lo vemos mucho mejor en el mundo de la medicina, pero en la psicología clínica y la psiquiatría aún nos andamos con pies de plomo. ¿Y la familia? ¿No le puede ayudar y ser útil también a la familia?

Con esto no pretendo hacer apología del diagnóstico. Ni de lo contrario. Quiero resaltar que en la historia de la ciencia siempre ocurre lo mismo: una postura radical, la opuesta y, finalmente, el punto intermedio. Y que si tanto criticamos la "etiqueta/diagnóstico", al discutir sobre ella/o como algo "global y universal que afecta a todas las personas por igual", si hacemos eso, discúlpenme, somos los primeros que estamos reduciendo a los pacientes a hechos simples.

Así que nada, recordemos que somos psicólogos clínicos y psiquiatras críticos, sí, con nuestra labor y con la ciencia, pero no contrapsicólogos ni antipsiquiatras.

Por último, como reflexión  y apunte personal (como si todo lo anterior no lo hubiera sido ya), ya que hablamos de etiquetas, ¿qué ocurre con las etiquetas positivas? No parece que nadie se alarme por decir de alguien "es que es optimista" o "extravertido". Como si eso sí pudieran ser verdades universales. Y en relación a lo positivo de cada ser humano, no estaría mal que los profesionales recalcáramos más la parte buena, funcional, adaptativa...etc de los seres humanos. No es que esta sea una idea nueva, pero parece que la tenemos olvidada cuando hablamos permanentemente de problemas/trastornos/desadaptaciones.

Así que qué tal si redefinimos el diagnóstico/etiquetado y lo enriquecemos, lo completamos.
Qué tal si en vez de discutir entre nosotros, nos fijamos en qué siente de verdad el paciente y qué necesita de nosotros.

jueves, 10 de abril de 2014

Cuestión de perspectiva.

Recuerdo la tarde que pasé en Psiquiatría durante mis prácticas en la carrera. Digo "la tarde" porque fue eso, una tarde. El día que llegué la susodicha doctora me miro con cara de "y esta qué pinta aquí" porque "ya tengo a la de prácticas y al residente" y la verdad es que el sentimiento era mutuo. Me gustan los fármacos, la medicina... pero eso de ver pacientes cada 5 minutos no es para mí. A mí me gusta escuchar, indagar y que la persona encuentre por sí misma el camino, aunque necesite una brújula de vez en cuando. Bueno, que me voy por las ramas. El caso es que ese día vi a mi primer paciente con esquizofrenia. Vivía en una miniresidencia y estaba apunto de empezar la reinserción laboral. Pero había un problema: el paciente bebía. Digamos que la combinación haloperidol-esquizofrenia-alcohol "puede ser bastante problemática". El caso es que la psiquiatra se puso a regañarle:

-Pero a ver, Don Fulanito, que ya sabe que usted no puede beber, que no es bueno para usted-le miró la doctora como un cura te mira en misa.
-Pero doctora, si yo casi no bebo, si yo me porto bien en la residencia-le respondió con carita de cordero degollado.
-Si nadie dice que no te portes bien, pero ya sabes que no puedes beber y ya lo hemos hablado muchas veces..-insistió la psiquiatra.
-Pero doctora, ¡que yo sólo me tomo UNA cerveza diaria!
-¡¡PERO FULANITO, LA CERVEZA ES DE UN LITRO!!
-Pues eso, pero me tomo sólo UNA.

Ahí tuve que aguantarme la risa

Otro día pasando consulta en Psicología Clínica en adultos vino una chica a una primera entrevista:

-¿Cuánto bebe usted diariamente?
-Pues mire, lo normal.
-¿Pero cuánto considera usted que es lo normal?
-Pues eso... un par de cervecitas por la mañana y luego por la tarde, pues un brick de calimocho.

Lo que yo os diga, "lo normal". Si es que al final, todo es cuestión de perspectiva...

domingo, 6 de abril de 2014

Claves para reconocer a un estudiante PIR

*Nota: lo escrito a continuación es perfectamente aplicable a cualquiera de las modalidades "IR", oseasé: MIR,FIR,BIR,QIR,EIR... y bueno, los radiofísicos que nunca me acuerdo de cómo son sus siglas y, seamos sinceros, ¿alguien saben qué hacen? ¿por qué ellos pueden llevar calculadora? (si alguno lee esto, le pido encarecidamente que me saque de dudas).

El estudiante PIR no "oye el despertador antes de que suene" ni "siente cómo si le tirasen de la sábana", sino que tiene "alucinaciones hipnopómpicas e hipnagógicas".
El estudiante PIR habla raro, siempre, sobre todo cuando sale de fiesta y se junta con algún otro psicólogo y en las comidas familiares, tiene un deseo irrefrenable de observar cuántos criterios cumplen los comensales para los Trastornos de Personalidad.
El estudiante PIR tiene rasgos límite, histriónicos, y muchos, muchos rasgos TOC (de los DOS tipos de TOC). Y conforme se acerca la fecha del examen, las posibilidades de brote psicótico se incrementan exponencialmente.
El estudiante PIR tiene que ir a la papelería al menos, una vez por semana. SIEMPRE es necesario un boli nuevo o posits. Al estudiante PIR NUNCA se le acaban los posits de MUCHOS COLORES aunque luego en realidad use mayoritariamente los amarillos porque son sobre los que mejor se lee.
El estudiante PIR puede ponerse a llorar en cualquier momento, sobre todo si se le acaba el subrayador de "subrayar cosas importantes" (aquí hay variabilidad interindividual que puede ir desde el rosa fosforito, el amarillo cegador, el naranja reluciente, al verde clorofila).
El estudiante PIR se ríe leyendo cosas sobre las categorías formales del pensamiento. Esto no intentéis comprenderlo nunca.
El estudiante PIR siempre lleva las manos sucias con diferentes colores de tanto subrayar y hacer esquemas. No, no es que seamos guarros, es que ya forman parte de nuestra piel.
El estudiante PIR tiene una magnífica colección de pijamas y chándals, ya que sale poco de casa y además, ha engordado, de modo que la mayor parte de su ropa no le vale. No le juzguéis, bastante que el día del examen se viste de una forma "normal".
El estudiante PIR no puede vivir sin chicles, regalices. Conoce el reforzamiento positivo y por cada línea que consigue memorizar se merece, por lo menos, un par de gominolas (nota: si es para aprenderse los tratamientos eficaces, el reforzamiento tendrá que ser mayor y se podrán usar chocolatinas).
El estudiante PIR necesita tener todo muy organizado. Su mesa quizás a ti te parezca un desastre lleno de folios, libretas, plásticos y carpetas. NO te equivoques: todo está perfectamente colocado y si mueves una sola hoja, él lo notará y montará en cólera.
El estudiante PIR puede ir adquiriendo ciertas manías conforme se acerca la fecha del examen y puede que se empeñe en comer hidratos los días de simulacro (cosas de la glucogénesis y no sé qué más). Además, notarás que los sábados se encierra en su cuarto durante 5 horas y mira con los ojos inyectados en sangre a quien se atreva a interrumpirle. 
El estudiante PIR habla mucho de percentiles. E intentará explicarte en qué consisten. No te preocupes si no lo entiendes, él mismo los podrá interpretar como le dé la gana.
El estudiante PIR SIEMPRE puede quejarse por algo: le duele la espalda, cómo se les ocurre preguntar el criterio C del blablabla.
El estudiante PIR no puede perder NI una hora. No les cambies los horarios: si él/ella te dice que queda a las ocho y media, es a las ocho y media. Si sólo queda para cenar y no para comer, no le agobies.
El estudiante PIR se ve viviendo en todas partes de España. Al estudiante PIR le da igual si le destinan en Kualalumpur: el estudiante PIR MATA por una plaza.

Pero, sobre todo y lo más importante, el estudiante PIR, a pesar de todo, siempre estará ahí para ti: es psicólogo, amigo y compañero. Te escuchará, te entenderá, comparte manuales y consejos y ha intentado aplicarse a sí mismo todas las técnicas que conoce, sobre todo las de relajación (y a ti también, sólo que tú no te das cuenta). Y por último, el estudiante PIR tiene un sueño y hará lo que sea por él. El estudiante PIR tiene paciencia infinita, ganas, optimismo. El estudiante PIR, NO SE RINDE.

martes, 25 de marzo de 2014

Querida Yo..

Hoy han salido las listas definitivas.  Sí, todos ya sabíamos desde hace algo menos de un mes si íbamos a obtener la tan ansiada plaza o no. Y sí, la mayor parte nos hemos puesto a ello o ya tenemos planeado el próximo año. Y desde el día que hicimos el examen, ha habido un torbellino de emociones en nuestro interior y hemos superado muchísimas cosas. Quizás, alguna de esas emociones se haya vuelto a revolver esta mañana al ver el número final. No es que haya cambiado mucho la cosa, pero ya no hay más. A partir de aquí, todos volvemos a empezar. Puede que hayáis sentido otra vez ese pellizquito en la boca del estómago, ese nudo en la garganta. Y habréis respirado, os habréis levantado.Y a seguir.
Y entonces me he puesto a pensar en lo joven que soy y lo joven que era cuando decidí embarcarme en esta aventura.  Como ya comenté por aquí, siempre había querido trabajar en el mundo de la Sanidad. Y desde que me decanté por Psicología, supe que haría el PIR. Y lo veía tan diferente a cómo lo veo ahora. Ni mejor ni peor, sino distinto. No creo que fuera sólo el hecho de que no hubiera tenido aún un contacto directo con la experiencia, sino que yo tampoco era del todo la misma.

Entré en la facultad con 17 años, después de mucha lucha. El segundo día, el decano nos dijo que él se quedó impávido en la primera clase de Estadística: "¿Esto es la Psicología?". No, claro, tú te imaginas analizando las personalidades de las personas, quizás tengas como referente máximo a Freud y te ves en una consulta resolviendo todo tipo de situaciones, o en un colegio feliz, o quizás en una empresa con traje. Y de repente empiezas a dar curvas de atención, a perros que salivan, cosas tales como "recuperación espontánea de la RC" y ANOVA. Y alucinas cuando te hablan de la prosopagnosia y te crees que sabes un montón de cosas. Sí, estamos empezando a aprender y eso te llena, pero no sabes todo lo que viene por delante. Y quizás el primer año te desmotives un poco cuando de psicología sólo sabes hacer un análisis de regresión múltiple y el efecto Stroop. Y bueno, el desarrollo del tubo neural, algo apasionante. Y te quedas ahí con la sensación de "yo qué hago aquí".

Y hoy pienso, ¿qué me habría dicho yo en ese momento?.
"No desesperes, la estadística sirve, tu TFG dependerá de ello, les sacarás miga a los artículos. Y todo esto, sirve. Es inherentemente interesante, tanto para tu vida diaria como para tu futura labor profesional. Tienes tiempo, tiempo de sobra para empaparte de los conocimientos, hablar con los profesores, buscar libros, escuchar a las personas y aprender de la vida. No tengas miedo, todos estamos igual de perdidos. Disfruta de cada clase, conoce a tus compañeros, ve a charlas y a conferencias. Siéntate en el césped, tómate una cerveza. No procrastines, pero no te quedes encerrada todo el día estudiando. Intenta dar el máximo de ti, absorbe."

Os invito a pensar qué os habríais dicho en cada año de facultad, en todo este tiempo. Imaginaos hace un año, cuando empezasteis a estudiar  el PIR. Pensad qué habrías necesitado de verdad deciros. Y ahora, parad. Dejad un momento los subrayadores, el foro, los manuales, las academias. Quedaos a solas con vosotros mismos, con vuestros sentimientos. Y pensad qué vais a necesitar este año que comienza. ¿Qué os querréis decir en un año? ¿Habréis llegado a vuestra meta?

Querido yo a los 17

Os invito a recordar por qué os embarcasteis en esta aventura. ¿Qué os llevo a coger este camino? ¿Qué os impulsa a continuar? Buscad en vuestro interior, revolved en vuestras entrañas. Ese motivo íntimo, ese cosquilleo que os hace seguir avanzando. Apuntadlo, guardadlo en un trocito de vuestro corazón y abridlo cuando os puedan la impotencia y el cansancio.

Y ahora, no miréis más hacia atrás. Ahora sólo queda el hoy y el mañana.

viernes, 14 de marzo de 2014

No te rindas.

No te rindas, aun estas a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aun hay fuego en tu alma,
aun hay vida en tus sueños,
porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero.
Porque existe el vino y el amor, es cierto,
porque no hay heridas que no cure el tiempo,
abrir las puertas quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron.
Vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa, ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos,
No te rindas por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aun hay fuego en tu alma,
aun hay vida en tus sueños,
porque cada día es un comienzo,
porque esta es la hora y el mejor momento,
porque no estas sola,
porque yo te quiero.


Mario Benedetii.

jueves, 13 de marzo de 2014

"Vive como si murieras para poder morir diciendo que esto mereció la pena".

Otra vez. Y miro al pasado y me resulta extraño y distante que haya pasado tan rápido todo. Hace un año estaba en las prácticas del hospital, emocionada como una niña pequeña, feliz levantándome cada día antes de las siete de la mañana, leyendo un libro sobre el TLP en el metro, saludando a las personas de recepción y al vigilante de seguridad de la puerta al llegar; abrir mi cuaderno de notas, hacer hipótesis, escuchar, observar, aprender, emocionarme; demostrarme a mí misma que mi sitio era ahí, en la consulta. El temblor de manos y la felicidad agarrada en mi garganta en mi entrevista con mi primer paciente. Cómo se me pasaba el tiempo volando con los niños. Y veía a los residentes: hablando de tratamientos que yo no conocía, de teorías que ni me sonaban. Y aprender, aprender. Y absorber, absorber. Imaginarme allí, con la bata blanca. El vuelco en el estómago que me dio cuando me confundieron con una residente. Sí, ese era mi destino, pero en ese momento no tenía claro en qué momento se cristalizaría. Ahora sé que nunca lo voy a saber, aunque ese día llegará, por supuesto. Pero hace un año, no sabía cuándo exactamente iba a prepararme el PIR: que si el MPGS, másteres de Clínica,que si la ley cambiaba a cada día, cada profesor nos decía una cosa... Pero empecé a buscar información, volví a esa academia por la pasaba todos los días durante mi infancia y lo decidí: me apunté al curso de mayo, mientras acababa la carrera. Me sentía más perdida que un niño en un centro comercial. Hablaban de cosas que yo no conocía, de autores que nunca jamás había oído, de un libro que llamaban "la Biblia" y no sé cuántas cosas más. Pero estaba tan feliz: me había decidido, ya estaba en ello, ya sólo quedaba mirar hacia delante.

Pasaron muchos meses, acelerados entre estas 4 paredes. Y van a volver a pasar. De hecho, ya lo están haciendo. Y entonces miras a tu alrededor. Tus compañeros se van dispersando, todo el mundo continúa con su vida. Algunos tienen trabajo, otros están en másteres, otros encaminándose hacia el Doctorado. Y de repente, te sientes atrás, como una niña abandonada de la que los demás se han olvidado. Te dicen planes y tú "siempre estás con lo mismo" y no puedes salir. Vuelves a leer lo mismo una y otra vez. Y entonces, puede que te desesperes. Piensas que "merecerá la pena", es tu SUEÑO. Pero, ¿cuándo llegará tu momento? ¿cuándo será tu día? Pasas por delante del Ministerio de Sanidad y te da un vuelco el corazón. Y entonces, tienes que cambiar la perspectiva y decir, ¡qué demonios!, ahora también MERECE LA PENA. Merece la pena madrugar, estar sentada durante horas y horas. Merece la pena renunciar a ciertas cosas. Porque merece la pena todo lo que estoy aprendiendo, maravillarme con la historia de la Psicología desde tiempos tan antiguos, ver cómo puedes palpar la magia saliendo de los libros, cómo tu cerebro va integrando los conceptos, cómo ves la realidad de otra forma. Ese manual con olor a nuevo, esos bolis de colores tan vivos, ese esquema en el que te esmeras durante horas. Los compañeros que vas conociendo en el camino, su altruismo, sus ánimos, su bondad. Me llevaré los libros el poco tiempo que me vaya de vacaciones y cuando esté estudiando, levantaré la vista y sentiré la brisa. Y sabré que estoy haciendo lo correcto, que sigo viva, que mi esfuerzo es mayor que el de muchos otros. Que quienes te quieren de verdad nunca han dejado de estar a tu lado y si los necesitas, solamente te basta con alcanzar la mano; que la esperanza que depositan en ti es lo más grande que puede haber.

Tenemos que disfrutar el camino o nos perderemos la vida misma. Con calma, paso a paso. Y entonces, llegaremos a la meta final completamente preparados para lo que pueda avecinarse. Y entonces, comenzará otra nueva sendera, otra importante parte de tu vida. Pero por favor, no te olvides de que ahora también es vida.

viernes, 28 de febrero de 2014

Mi experiencia PIR con CEDE

Hoy hemos sabido el número de orden y mi sueño recurrente de los últimos meses se ha hecho realidad; veréis, he estado bastante tiempo con la misma "pesadilla": miraba mi número de orden y era la 330 y entraba en pánico. Pues debería meterme a pitonisa o algo porque he quedado la 338, aunque he de decir que la reacción sí ha sido diferente: estoy muy pero que muy orgullosa. Recién graduada, habiendo estudiado 5 meses y con unos cuantos baches de por medio, he conseguido un número muy bueno (no olvidemos que somos 4.000 presentados). Sin embargo, no lo suficientemente bueno como para obtener plaza. Sí, mis médicos no daban crédito: "¡con tan buen examen!", pero el PIR es lo que tiene, que la ratio de plazas ofertadas/aspirantes es de 1/30ypico. Será que los psicólogos clínicos no hacen faltan, no sé, aunque con un vistazo rápido a cualquier servicio de Salud Mental se atisbe que no es así, más bien al contrario, debería haber muchos más. En fin, no me voy a poner a hablar ahora sobre ese tema (ya tocará, tranquilos, mi lado indignado siempre acaba saliendo ji), pero en estos momentos en los que comenzamos una nueva etapa, el camino hacia una nueva convocatoria, con esperanzas truncadas pero muchos sueños por delante, con desánimo y al mismo tiempo, muchas ganas, creo que siempre viene bien hablar un poco del tema de academias y formas de estudio.

Empecemos por el principio. Soy un bollito recién horneado y salido de la universidad, como quien dice. Comencé las clases presenciales de CEDE en MADRID en mayo, sin siquiera haber acabado la carrera. Como comprenderéis, no podía estudiar al mismo tiempo ya que aún tenía algunas asignaturas y el (dichoso) Trabajo de Fin de Grado que me trajo por la calle de la amargura. Me gradué en junio (bien por mí) y me fui una semanilla de vacaciones en julio, perdiendo 3 días de clase. Necesitaba descansar un poco después de la traca final de la carrera, así que realmente no me puse a estudiar en serio hasta agosto, que era el mes que nos dejaban en la academia "a nuestro aire" sin ir a clases ni simulacros ni nada. Ese mes lo pasé entre Madrid y la costa mediterránea, cargada con más libros en la maleta que bikinis (aunque he de reconocer, que fui algo lenta estudiando ese primer mes).

Intentaré exponer de forma breve el método de estudio con CEDE y el mío personal. Esto es algo tremendamente subjetivo así que no hay ninguna verdad universal y no tengo más experiencias con otras academias ni con más convocatorias, así que vedlo como lo que es, una opinión sin más que podéis tomar o no.

Clases: Eran dos veces a la semana, martes y jueves, por las tardes de 17:45 a 21:45, con un descanso de 30minutos entre medias. En mi curso, comenzaban en mayo y terminaban en noviembre (este inclusive). Empezamos por el área de Psicopatología y luego fuimos pasando por Evolutiva, Psicoterapias... etc. En CEDE, la parte de Clínica se divide a su vez en 4 partes y cada una de ellas la fuimos dando de forma salteada y Clínica Infantil no la dimos hasta el final (no sé si eso supuso una ventaja por tenerla más reciente o un inconveniente por no tenerla completamente afianzada).

¿Me sirvieron las clases realmente? Bueno, primero hay que contextualizarse en mi  situación: cual pececillo fuera del agua sin saber ni quién era Belloch (sí, la Biblia, era una hereje, qué pasa). Así que he de decir que, en muchas cosas, las clases sí me sirivieron, sobre todo en algunas áreas de Clínica y en Psicoterapias. En esos casos, sí me sirvieron para hacerme una muy buena idea global del temario y también en fijarme en detalles más concretos. Sin embargo, en otras áreas, para mi gusto si ya te habías leído más o menos el temario o eres rápido captando las cosas, no me ayudaron mucho las clases. ¿Por qué? No me servían de orientación. Yo soy muy holística y capto bien todos los rasgos generales y tal, así que en mi caso necesitaba que me metieran caña en "acordaos de este detalle", "diferenciad esto de esto otro" y blablabla. Eché de menos en algunas áreas que se repasaran más preguntas de convocatorias pasadas; en cambio, en otras, sí lo hacían y era genial. 
Con respecto a las áreas más "flojas" (en cuanto a número de preguntas en el examen) tipo Social, Básica... etc las clases sí me sirvieron para "no liarme mirándome cosas inúiles" y centrarme en lo importante, aunque eran soporíferas. Sin embargo, luego en el examen he visto que quizás hay que mirárselas más a fondo de lo que te transmiten en CEDE (y esto, con todo en realidad).
Es importante que tengáis en cuenta vuestra forma de aprender y cómo os ha ido mejor durante la carrera. En mi caso, la memoria auditiva es mi fuerte, por eso principalmente me apunté a las clases presenciales en un principio. Este año cambio de método, pero porque ya tengo la base y dispongo de más tiempo.

Simulacros: Me ayudaron mucho, sobre todo al final, para darme cuenta de qué tenía que volver a mirarme (Evaluación siempre fue mi lacra y las edades de los test, los subtests y las mil cosas se me olvidaban con facilidad). Sin embargo, siempre nos daba la sensación (y aquí si puedo hablar en plural porque lo hemos comentado bastantes alumnos de CEDE) de que los simulacros "siempre eran más difíciles de lo que sería el examen real, que nos servían para estudiar detalles pero que no eran representativos". ERROR. Para mí el examen fue mucho más difícil. Pero bueno, creo que los simulacros de todas las academias son muy útiles y completamente necesarios, ya no por los conocimientos y tal, sino porque son un verdadero entrenamiento de cara al examen. Es un examen de 5 horas y tipo test y hay mil errores que cometemos por ese simple hecho, por cómo es el examen y la situación del mismo. En mi caso, normalmente soy muy rápida leyendo y haciendo los exámenes (en la carrera siempre solía salir de las primeras y todo el mundo me preguntaba: "¿te ha pasado algo? ¿te ha salido bien?") y además, soy de las que no suele dejar ni una sola pregunta sin contestar. Pero en 5horas eso no vale: tenía que releerme las preguntas porque a veces obviaba detalles completamente necesarios, me daba mucho miedo arriesgar con tantas alternativas de respuesta... aún así, los simulacros me lo ventilaba en 3h y media (nunca pude estar más) y sin embargo, en el examen real, iba "escasa" de tiempo. Salí antes que muchos compañeros pero para ser yo, fui "lenta". 

Libros/Manuales: Desde CEDE siempre se nos ha animado a estudiar sólo por sus manuales/libros y no ampliar. CRASO ERROR. Sí, hay que ampliar o tener una memoria de caballo para todo tipo de detalles que vienen "escondidos" en los manuales. Entendedme, una persona que jamás se ha enfrentado a esto y no tiene ninguna base, si no le dicen "¡eh, fíjate en esto!" pues quizás, no se fija. Y no, no es que sea mala estudiante o que no me entere cuando leo, es que era una novata total. Por supuesto, todas las preguntas que tengo bien en el examen (174) ha sido gracias a los manuales de CEDE, está claro, no me he sacado nada de la manga (aparte de mis conocimientos previos de la carrera) y estoy muy contenta con ellos en ese sentido, pero sí que veo necesario ampliar: Belloch, Marino, Vallejo... van a ser mis nuevos mejores amigos este año. Ampliar con cabeza, claro, no soy una fotocopiadorasúpermáquinalectora y no puedo aprender hasta el infinito y más allá por mucho que la MLP sea ilimitada. Creo que el principal problema de CEDE es que las áreas más importantes de cara al examen y la labor del Psicólogo Clínico (Psicoterapias, Evaluación, Clínica...) son las que están más flojas en los manuales (aunque algunos profesores lo compensaban con creces en las clases, afortunadamente) y son las que precisamente hay que ampliar.

Eso sí, el libro con todos los exámenes comentados desde el 2000 es una auténtica maravilla. En las últimas semanas, era mi compañero de estudios permanente.
En los manuales además al final venían todas las preguntas PIR de ese área, normalmente ordenadas por temas. EH, tema importante, nos dieron libros con erratas e imaginaos el lío, yo segurísima de que había contestado bien las fases de la ludopatía y de repente, me daban una opción que no tenía nada que ver. ¡¡SOS!! 

Están más contextualizados que los manuales de otras academias, lo que para mí es vital porque soy incapaz de estudiar cosas inconexas, pero aún así, a veces sentía que me faltaba un hilo conductor, el cual a veces obtenía en cierta forma en las clases y a veces, no.
Creo que ampliando sí son unos buenos manuales para complementar y servir de base y para organizar lo que te estudies por manuales originales.

Dudas a través de internet: Para mí a grandes rasgos, lo peor. Sí, algunos profesores (contados con los dedos de una mano) me contestaba perfectamente a mis preguntabas y se molestaban en buscar bibliografía y extenderse bien en la respuesta (¡gracias!) pero otros se limitaban a repetirme lo mismo que me ponía en el libro (señores, sé leer). Lo mejor fue una duda de Experimental que he de mencionar en la cual la profesora afirmaba rotundamente que 0,27 era MENOR que 0,05. Sin más comentarios, por favor. 
El principal problema es que no les puedes dar el feedback de "eh, que no te estaba preguntado eso", así que te quedas con las ganas. Si tenéis dudas, mejor acudid a las tutorías.

Tutorías: No están nada mal, todo depende del profesor. No acudí a muchas, también he de decirlo. A día de hoy, las habría explotado más.

Esquemas de clase: Me han ayudado bastante en muchas cosas, son un buen recurso para repasar pero no para estudiar, ni siquiera en los últimos repasos excepto cosas puntuales. Son un magnífico complemento que, si os apuntáis a CEDE, os animo a aprovechar, pero recordad que lo mejor son las reglas/esquemas/gráficos o lo que queráis, autoelaborados.

Mi forma de estudio: No seguí el planing de la academia porque como ya he explicado, iba con retraso con respecto a mi grupo, así que fui a mi airea según mis necesidades. El primer mes, agosto, como ya he dicho, fui lenta. Psicopatología me la había estado mirando " a la par " con las clases de la academia (luego me la repasé mil veces porque realmente mi cerebro no había asimilado bien los conceptos), así que realmente empecé con Biología y seguí con Evaluación. Fue un gusto poder estudiármelas en la playa porque son asignaturas dudas. En ambas intenté completar al máximo los esquemas de clase y hacerme mis propios apuntes, ya que sabía que eran asignaturas de memorizar muchas cosas, complejas y de las cuales no llevaba buena base de la carrera. Esto me salvó y lo digo muy en serio y al final en el examen, me han ido bastante bien.
Después de esto y conforme avanzaban los meses, intenté planificarme. A ver, es completamente imposible seguir cualquier calendario que os pongáis a rajatabla. No os martiricéis por no acabar en la página exacta en la hora exacta que os habíais propuesto. Yo tardé mil años en estudiarme Evaluación, Psicoterapias la tuve que repasar muchísimo (aunque la parte de Sistémicos la disfrutaba cual enana) así como Psicopatología, los Tx. Faciticios y compañía no me entraban ni para atrás (aunque al final he tenido pleno de aciertos en el examen^^); sin embargo, Infantil me la ventilé en 3 días y era un placer repasármela, lo mismo con Psicosis...etc. Así que a veces me retrasada y otra veces, adelantaba el trabajo. Los objetivos iban de 10 en 10 días,más o menos.

Para mí, la clave fue hacerme miles de millones de esquemas, reglas, repasar,repasar,repasar. Posits por aquí, mapa conceptual por allá, colores por todos los lados, gráficos a boli, luego a lápiz. Yo estudio mucho mejor de mi puño y letra y lo recuerdo mejor.

¿Amplié? Absolutamente nada. Y me arrepiento, pero tampoco me daba mucho tiempo en 5 meses. 
¿Ampliaré este año? Sin duda. De hecho, me cambio a FOCO online desde marzo.
¿Por qué me cambio? Creo que CEDE me ha aportado una base muy buena y voy a seguir utilizando en parte sus manuales, está claro; pero, en mi caso, creo que la clave va a ser leer de las fuentes originales, con la forma propia de expresarse del autor, fijándome en detalles y más detalles. Me he apuntado al online por dos cuestiones principalmente: 1) vivo en Madrid y no pienso irme hasta Santiago de Compostela donde está la sede (bien simple) y 2)creo que con tanto tiempo y queriendo ampliar bastante, es mejor que me administre yo a mi manera como quiera, sin tener que regirme por horarios impuestos, obteniendo mayor flexibilidad.
¿Por qué me cambio a FOCO? Principalmente, porque su método de estudio es por manuales y es una academia bastante reconocida, con historia en esa forma de estudiar. Además, disponen de tutores personales con los que puedes hablar y preguntar todas las dudas, lo que para mí supone la principal ventaja y diferencia (aparte de los manuales) con respecto a CEDE. Yo necesito eso, pero esto sí que es completamente personal.


Bueno, espero que esta entrada sirva a quienes anden un poco perdidos por estas fechas y ¡¡mucho ánimo!!
Lo conseguiremos, tarde o temprano,porque somos perseverantes, luchadores y el SNS se merece unos psicólogos como nosotros^^


jueves, 27 de febrero de 2014

"Más que humanizar el parto, hay que mamiferizarlo"

La frase que titula la entrada es del ginecólogo francés Michel Odent, uno de los principales defensores del parto fisiológico y de las bañeras de dilatación.

http://www.serpadres.es/embarazo/parto/entrevista-michel-odent-parto-natural.html

Me ha venido a la mente este señor debido al siguiente  vídeo que circula por las redes sociales
en el que se muestra cómo un bebé recién nacido por cesárea se aferra al rostro de su mamá y llora desconsoladamente cuando lo apartan de ella. El vínculo, ese vínculo madre-hijo favorecido, entre otras cosas, por la oxitocina que se segrega durante el parto. La oxitocina es liberada espontáneamente por nuestro cuerpo en diferentes ocasiones en forma de "oleadas". Como hormona que es, se rige por el eje hipotalámico-hipofisiario y necesita de un mecanismo de feedback para controlar su liberación. Esto explica que las contracciones que anuncian el alumbramiento no sean continuas hasta casi cuando se va a producir el parto. El cuerpo humano es sabio, señores, y esto ocurre por algo. Así, el dolor más intenso ocurre cuando viene esa ráfaga de hormona que provoca la contracción y poco a poco, se va incrementando mientras la vagina se va dilatando, para funcionar con toda su fuerza y potencia en el momento preciso. Salvo complicaciones, el parto debería ocurrir así. Sin embargo, observamos que cuando la parturienta acude a urgencias, lo primero que hacen es meterle un bolo de oxitocina. ¿Qué provoca esto? Es bien sencillo: rompe el mecanismo natural del cuerpo y la liberación de la hormona pasa a ser de forma continuada. Y ahí es cuando la mujer empieza a sufrir unos dolores continuos y reza para que le pongan pronto la epidural. Además, no es raro que le obliguen a ponerse un enema y a estar tumbada boca arriba (perdónenme, pero yo creía recordar que la fuerza de la gravedad era hacia abajo). En ocasiones, se rompe la bolsa y, casi siempre, se realiza una episiotomía. Además, es común que el personal sanitario haga y deshaga a su antojo, tan sólo deseando que el parto acabe cuanto antes. Y sino, a la mínima de cambio, se realiza una cesárea (obviamente, hay muchos casos en los cuales son necesarias, eso no lo niega nadie), la cual impide que el niño pase por el canal del parto (la vagina), acto por el cual de nuevo liberamos hormonas que 1) aplacan el dolor y 2) permiten de nuevo el desarrollo del vínculo afectivo. No digamos ya el ambiente nada íntimo en el que se encuentra la parturienta: abierta de piernas, en un lugar frío y estéril, con unas cuantas cabezas mirando.

http://www.guiainfantil.com/blog/bebes/vinculo-afectivo/el-recien-nacido-que-no-quiere-separarse-de-su-madre/

Todas estas prácticas no son recomendables. Y oye, que no me lo invento, que lo dice la OMS, así que aquí os facilito una guía rápida:

http://elpais.com/elpais/2013/03/25/media/1364230325_726582.html

http://elpais.com/elpais/2013/03/23/media/1364000462_485154.html

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/05/22/actualidad/1337716285_497698.html

Todo esto me ha recordado a un seminario al cual asistí en el ISEP de Madrid impartido por el neuropsicólogo y sexólogo Raúl Espert. Él nos explicó mucho mejor que yo las ventajas del parto fisiológico y lo ilustró con sus propios casos particulares: sus hijos. Incluso nos puso un vídeo de uno de los partos de su mujer en una bañera. A continuación, os dejo su canal:

http://www.dailymotion.com/playlists/user/raulespert/4


Como reflexión final, podría decir que no estoy completamente de acuerdo tampoco con el señor Odent (los hospitales, las cirugías, los medicamentos... salvan muchas vidas en los partos y también da confianza saberse en las manos de profesionales) y yo, particularmente, nunca pariría en mi casa ni en ningún otro sitio que no fuera un hospital, pero no estaría mal que al menos las recomendaciones de la OMS se llevaran a cabo para poder tener el mejor parto, a nivel sanitario y emocional, posible.

PD: ¡No se me echen los médicos encima, por favor! Espero que haya quedado clara mi postura: a favor de los hospitales, de todo lo que tenga que ver con la medicina y prevenir riesgos, ¡pero con cabeza! La propia medicina nos indica que se están haciendo mal las cosas. Y sí, no todos los ambientes son fríos, no todos los profesionales quieren que "el parto se acabe cuanto antes". También lo sé. Pero es una impresión que he obtenido de muchas mujeres. Sin embargo, como todo, este tema es subjetivo (lo que no lo son son los hechos científicos).



lunes, 17 de febrero de 2014

¿Qué es para mí el PIR? Algo más que una plaza, que una especialidad...

Desde que tengo uso de razón he querido trabajar en un hospital: que si matrona, que si pediatra, que si.. y finalmente, me decidí por la Psicología. Digamos que en denominador común siempre ha sido la Sanidad y ayudar a las personas (recuerdo que en primero de carrera una profesora nos dijo: "¿ayudar a las personas? ¡que no sois samaritanos!"). Cuando era pequeñita, siempre que iba al colegio y a la academia de ballet tenía que pasar por delante de una de las academias que preparan el PIR y mi madre me decía: "puede que tú acabes ahí, mira qué bien que te pilla al lado de casa". En 4º de la E.S.O. tuve una pequeña crisis existencial: ¿medicina o psicología?, que además se repitió en primero de carrera (a puntito que estuve de cambiarme). Pero una vez superados esos baches y reafirmada mi decisión (yo soy muy de resolver las crisis psicosociales con compromiso^^), tenía clara el área de la Psicología donde quería trabajar: la Clínica. No era difícil de imaginar,¿no? Así que ya sabía que acabaría dedicándome a la formación PIR. ¿Por qué? Porque es la única vía actualmente en España para acceder al título de Especialista en Clínica y además, es la única especialidad reconocida dentro de la Psicología. Sí, sabía desde el principio que había muy pocas plazas (somos la oposición de Interino Residente con la peor ratio de todas, 1 de cada 31 psicólogos obtienen plaza, lo que quiere decir que un 97% se queda fuera).  Ese es uno de los primeros problemas: no se entiende con la actual prevalencia de trastornos y problemas mentales que hay, que haya tan pocos profesionales especialistas. El segundo problema, es el desconocimiento por parte de la sociedad de qué es el PIR y qué hacemos los psicólogos en general y, en particular, los clínicos. No es raro tener que explicar que estás estudiándote el PIR diciendo "es como el MIR de los médicos pero en psicología, para hacer una residencia de 4 años". Y entonces, la gente empieza a ubicarse. Luego están los comentarios de: "pero con lo difícil que es, ¿por qué no te dedicas a otra cosa? ¿por qué no te montas una consulta?". Pues mira, 1) No me gustan las "otras cosas" y 2) para montarme una consulta, necesito igualmente el PIR. Aunque bueno, ahora parece que ni mis 4 años de carrera, ni mi itinerario en Clínica, ni mis 200h de prácticas en el SNS y puede que ni mi formación PIR, sean suficientes. Que dicen que los graduados no estamos "debidamente cualificados" para acceder directamente desde el grado a la formación PIR, que dicen que mejor nos hagamos entre medias el MPGS (un máster generalista, no especialista, con también pocas plazas y unos requisitos para entrar). Y a ver si consigo sacar plaza antes de que todo esto estalle y los graduados pasemos a ser "nadie" y tenga que hipotecar mi casa para poder pagar el MPGS (en el caso de que consiguiese plaza) y luego ya con nietos, me saco el PIR. Y entonces vuelven los que te dicen que por qué no intentas otra cosa y entonces, ya no me vale aclarar que "no me gustan otras cosas" sino que tengo que decir que yo siento un cosquilleo cada vez que me imagino en el hospital/centro de salud mental/centro de especialidades, que lloro de la emoción cuando me visualizo sacando plaza, que no hay nada más en el mundo que desee tanto como ayudar a niños que se pasan meses y meses ingresados por diferentes motivos, que cuanto más estudio sobre Psicoterapias, fármacos, autores... más quiero aprender; que leo sobre las hipótesis de la esquizofrenia y me muero por investigar sobre ello, que la primera vez que vi a un paciente me sentí la persona más feliz del mundo, que ponerme a jugar con un niño para hacerle una evaluación es para mí la mejor forma de pasar la mañana, que me gusta escuchar, me conmueven los seres humanos. Podría enumerar mil y un motivos, aunque el más personal me lo reservo para mí. Y esos motivos son los que me llevan a querer superar todas estas barreras que intentan quebrar mi voluntad y torcer mi camino.


"Los ganadores son los soñadores que no se rinden".

Aclarando el MPGS...

Resolución de 3 de junio de 2013, de la Secretaría General de Universidades,  
por la que se publica el Acuerdo de Consejo de Ministros de 31 de mayo de 
2013, por el que se establecen las condiciones a las que deberán adecuarse 
los planes de estudio conducentes a la obtención del título oficial de Máster en 
Psicología General Sanitaria que habilite para el ejercicio de la profesión 
sanitaria titulada y regulada de Psicólogo General Sanitario. 

Orden ECD/1070/2013, de 12 de junio, por la que se establecen los requisitos 
para la verificación de los títulos universitarios oficiales de Máster en 
Psicología General Sanitaria que habilite para el ejercicio de la profesión 
titulada y regulada de Psicólogo General Sanitario. 


Esto es: las directrices para elaborar y aprobar Planes de Estudio que permitan ofrecer
a quienes han terminado sus estudios de licenciatura o grado en Psicología un Máster
Oficial en Psicología General Sanitaria ya están en vigor…

Durante varios años se han esperado estas directrices, normas, regulaciones,
decretos, etc., ¿ahora qué?

¿Cuál es la significación y trascendencia de este hecho?

Vamos a considerar diversas cuestiones de notable interés para los profesionales en
Ejercicio Libre y los que pudieran ser Contratados Laborales:

1. ¿Se ha convertido finalmente la Psicología en una profesión sanitaria? 

No. En absoluto.
La Psicología no ha obtenido de ningún modo la consideración de Profesión Sanitaria.
Si tienes una licenciatura o un grado en Psicología, no eres profesional sanitario.

En primer lugar porque ninguna legislación en vigor lo reconoce como tal.

En segundo lugar porque, si acaso trabajaras en Selección de Personal, en Formación
de Vendedores, en Asesoramiento Deportivo, en Mediación Familiar,…, no estarías
trabajando en el ámbito de la Salud.

Es cierto que hace unos años varios Colegios Oficiales de Psicólogos motivaron y
movilizaron a colegiados y no-colegiados para que se manifestasen delante del
Ministerio de Sanidad reivindicando la consideración de la Psicología como profesión
sanitaria. Todo ello con la paradoja de que el Grado de Psicología ya está incluido en
el área de las Ciencias de la Salud.

Posteriormente, en un pequeño ejercicio de “sentido común”, los Colegios
abandonaron esta solicitud y pidieron al Ministerio de Sanidad que se incorporase a
los Psicólogos al Sistema Nacional de Salud mediante alguna regulación.

El proceso de incorporar la Psicología al ámbito sanitario fue largo y complejo,
finalizando con la creación del Título de Especialista en Psicología Clínica.
En ese momento ya tenemos la Psicología como una Titulación General y la
Psicología Clínica como una Titulación Específica.

De modo, que desde entonces hasta hoy solo se pueden obtener uno o ambos de
estos Títulos.

Ningún profesional puede atribuirse otra denominación que la de “Psicólogo/a” o la de
“Psicólogo Especialista en Psicología Clínica”.

No existen los títulos de “Psicólogo Forense”, “Psicólogo Jurídico”, “Psicólogo
Educativo”, “Neuropsicólogo”,… o similares.

La realización de Másteres, Cursos de Especialización, Diplomados, etc. no
proporciona Títulos Profesionales. Solamente “acreditan una formación específica en
un área concreta con unas características determinadas”.


2. ¿Cómo se puede obtener el Título de “Psicólogo Especialista en Psicología 
Clínica”? 

Desde la creación de este Título Oficial se ofrecieron dos modos de obtenerlo:

a) Procedimiento de formación PIR (oposición + formación posterior en hospital
público), análogo a las formación de Especialistas Médicos (oftalmólogos,
dermatólogos, cardiólogos, etc.)

b) Procedimiento transitorio para “legalizar” a los Psicólogos que ya estaban en el
Sistema Público de Salud.

c) Procedimiento transitorio para “oficializar” a los Psicólogos que ya trabajaban
en Ejercicio Libre.

Estos procedimientos han dado lugar a que en España haya un número de Psicólogos
Especialistas en Psicología Clínica limitado: los que iban terminando la formación PIR
y los que obtuvieron la misma titulación por los procedimientos transitorios.

Hoy en día, 2013, ya sólo hay un método para obtener –en España- el título de
“Psicólogo Clínico”: el sistema PIR.

No existe otro método diferente. Los que fueron “titulados” por los procedimientos
transitorios, que nunca podrán ejercer en el Sistema Público de Salud, nos guste o no,
nos parezca justo o injusto, y los que ha seguido la vía PIR, que podrán ejercer tanto
en el Sistema Público como en el Privado.


3. ¿Se puede ser Psicólogo Clínico en España si se obtiene esta titulación en otro país 
de la Unión Europea? 

De acuerdo a la legalidad de la UE, un Psicólogo Clínico de otro país debe ser
autorizado automáticamente a ejercer como tal en España, de manera similar a la de
un Ingeniero Industrial, un Oftalmólogo o un Arquitecto. Sin embargo, según nuestra
legislación solamente podrá ejercer de manera privada o como contratado laboral. No
podrá acceder al Sistema Público de Salud.

4. ¿Qué significado tendrá el Título de Psicólogo General Sanitario?

En primer lugar, en ningún documento se ha establecido la creación de este título.

Los profesionales que terminen los estudios de un Máster Oficial en Psicología
General Sanitaria, obtendrán este título, pero no serán “Titulados en Psicología
General Sanitaria”.

Quienes finalicen (como muy pronto en el año 2015) la primera edición de un MPGS
tendrán la consideración de “psicólogos sanitarios”, acreditada por la posesión del
Máster correspondiente (realizado en una Universidad española, porque ninguna otra
Universidad europea tiene este tipo de Máster).


5. ¿Qué diferencias y similitudes tendrán los titulados especialistas en Psicología 
Clínica, los titulados con un MPGS y los Psicólogos Generalistas (sin PIR ni MPGS)? 

5.1. Un Psicólogo Sanitario (en adelante PS, poseedor de un MPGS) podrá 
solicitar una autorización para abrir una Consulta Privada o un Centro Privado 
de Psicología Sanitaria. 

5.2. Un Psicólogo Clínico (en adelante PC, poseedor del título por vía PIR o por 
los procedimientos transitorios ya mencionados) podrá hacerlo del mismo modo. 

Las similitudes entre ambos se reducen al simple hecho de que los dos 
tendrán la consideración de profesionales sanitarios. Consideración 
meramente académica y social pero sin ninguna implicación legal. 

5.3. Un Psicólogo Generalista (en adelante PG, poseedor del título oficial de 
Psicólogo –grado/licenciatura-) que puede tener o no tener algún posgrado, 
título propio o título oficial en algún área de la Psicología: educación, clínica, 
jurídica, RR.HH.,…, nunca podrá solicitar una autorización para abrir una 
Consulta Privada o un Centro Privado de Psicología Sanitaria. Sin embargo, un 
PG podrá solicitar autorización para abrir una Consulta Privada o un Centro 
Privado de Psicología General. 

En esta consulta o Centro podrán ejercer Psicólogos Clínicos o Sanitarios, pero, 
lo más importante: podrá ejercer la Psicología en el área que tenga 
competencia, sin otras limitaciones que las impuestas por el hecho de NO SER 
PSICÓLOGO CLÍNICO. 

Por otra parte, las diferencias entre PC y PS serán muchas y de gran 
envergadura, por lo que las revisaremos con cierto detalle. 
Un Psicólogo Clínico queda capacitado, en función de su titulación para: 

Realizar diagnósticos clínicos en el ámbito de la salud mental. 

Realizar tratamientos psicoterapéuticos en el ámbito de la salud mental. 

Supervisar la formación de otros psicólogos clínicos (en formación PIR) 
y otros psicólogos sanitarios (en formación MPGS). 

Elaborar y firmar Informes Clínicos Periciales. 
 Puede ser contratado en Hospitales y Clínicas Privadas para 
desempeñar todas y cada una de las tareas anteriores. 

Puede ser contratado por Compañías Aseguradoras para atender a sus 
clientes en demanda de atención psicológica autorizada/prescrita por un 
Psiquiatra. 


Un Psicólogo Sanitario carece de la capacidad legal en función de su titulación
para:

Realizar diagnósticos clínicos en el ámbito de la salud mental. 

Realizar tratamientos psicoterapéuticos en el ámbito de la salud mental. 

Supervisar la formación de otros psicólogos clínicos (en formación PIR) 
y otros psicólogos sanitarios (en formación MPGS). 

Elaborar y firmar Informes Clínicos Periciales. 

NO PUEDE ser contratado en Hospitales y Clínicas Privadas para 
desempeñar todas y cada una de las tareas anteriores. 

NO PUEDE ser contratado por Compañías Aseguradoras para atender 
a sus clientes en demanda de atención psicológica autorizada/prescrita 
por un Psiquiatra. 


6. ¿Qué obligaciones o compromisos diferencian a los Psicólogos Sanitarios de los 
Psicólogos Generales? 

Un Psicólogo Sanitario pone su consulta o su Centro bajo la supervisión y el control
directo de la Consejería de Sanidad de su Comunidad Autónoma de Residencia, lo
que conlleva normalmente unas mayores y más numerosas exigencias legales,
además de ciertas limitaciones.
En la Comunidad de Madrid, en un Centro Sanitario SOLAMENTE se pueden realizar
ACTIVIDADES SANITARIAS. Esto implica, para quienes desean poner en marcha o
mantener gabinetes psicológicos con servicios de psicología clínica y educativa,
logopedia, psicomotricidad, formación a entidades, etc., que NO PODRÍAN HACERLO.

Por su parte un Psicólogo General NO PONE su consulta o Centro bajo la supervisión
y el control directo de la Consejería de Sanidad, sino exclusivamente bajo la
supervisión de la Concejalía correspondiente de su Ayuntamiento.

En una consulta o Centro de Psicología General, como puede ser un Gabinete
Psicológico tradicional se pueden realizar cualquier tipo de actividades profesionales
relacionadas con la Psicología.

Si, ocasional o temporalmente, un psicólogo clínico deseara pasar consulta clínica
podría hacerlo sin ningún impedimento legal.


7. ¿Si un Licenciado o Graduado en Psicología posee algún Máster en Psicología 
Clínica, sea título propio o título oficial, de una entidad acreditada en el país,o ha 
realizado el itinerario de Psicología Clínica durante el estudio de Grado, 

7.1. …puede solicitar autorización para establecer una consulta sanitaria? 

Hasta el 31 de octubre de 2014 SÍ PUEDE HACERLO.
Existe la posibilidad –pero no es una realidad todavía- de que las
autorizaciones otorgadas hasta el 31 de octubre de 2014, se prorroguen
automáticamente uno o dos años (ya que en esa fecha no puede haber
ningún titulado con MPGS) o incluso que se hagan indefinidas.

7.2. …puede ejercer de alguna manera la práctica clínica psicológica?

Un licenciado o graduado en Psicología SIEMPRE podrá desarrollar su
profesión, haciéndolo de manera responsable de acuerdo a su
formación posgrado, en cualquier ámbito psicológico: jurídico, educativo,
clínico, deportivo, social, etc.

Las limitaciones para su ejercicio se reducen a la “denominación
concreta de sus actividades” (diagnóstico, psicoterapia,…) y se
clarifican con el empleo de “consentimientos informados” firmados por
sus clientes. 1



8. Desde el punto de vista de la Asociación de Profesionales en Ejercicio Libre, ¿se 
recomienda como mejor opción formarse con un Máster en Psicología General 
Sanitaria o con un Máster tradicional en Psicología o Práctica Clínica? 

La obtención de un Máster en Psicología General Sanitaria…

a) no conlleva titulación de Especialista.
b) no califica para emitir diagnóstico clínico alguno.
c) no califica para realizar psicoterapias.
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 La Asociación APPEL tiene documentación técnica a disposición de sus asociados  2
 Desde el punto de vista legal esta tarea esta “restringida” a los Especialistas d) no califica para trabajar con Aseguradoras.
e) no califica para trabajar como profesional clínico en Hospitales o Clínicas.
f) durante los próximos años serán programas experimentales, ya que no existe
antecedente de los mismos, por lo que resultará difícil desarrollarlos con
criterios de calidad.
g) se desconocen los Centros de Prácticas que autorizará el Ministerio y las
plazas disponibles en los mismos (que deberán compaginarse con los PIRES
en formación).

Además, la Ley de Servicios Profesionales pendiente de aprobación por el
Gobierno, plantea, de acuerdo a las directrices europeas limitar la colegiación
obligatoria a profesiones especialmente “sensibles”. Por ello, resultará seguro que
todos los profesionales “sanitarios” sigan obligados a mantener su colegiación. Sin
embargo, los psicólogos no-sanitarios podrían quedar excluidos de esa obligación.

Si tenemos en cuenta que los riesgos de una demanda deontológica ante el
Colegio Profesional correspondiente, por parte de un cliente insatisfecho con los
servicios de un profesional en ejercicio libre y el hecho de que los colegiados, en la
mayoría de las Comisiones deontológicas carecen de defensor, el riesgo de ser
obligados a suspender la actividad profesional (a menudo el único medio de ingresos)
resulta ser muy elevado.

Confiamos en que los datos anteriormente expuestos ayuden a los
profesionales de la Psicología a tomar una decisión basada en una información amplia
y concreta y no sesgada o incompleta.

setiembre de 2013






http://www.infocop.es/view_article.asp?id=4221

jueves, 13 de febrero de 2014

¿Reorientación Sexual? ¡¡SOCORRO!!

http://es.wikipedia.org/wiki/Richard_A._Cohen

He de admitir que no conocía al susodicho Richard Cohen y aunque la wiki no es muy fiable en muchas ocasiones, creo que esta vez basta con ella para conformarse una opinión.

Un "compañero de profesión" (aquí las comillas son muy importantes) ha puesto en nuestro foro de facebook llamado "Comunidad PIR" que había acudido a una ponencia de este "señor psicólogo ex gay" y que había salido encantado.

En fin, creo que tengo que recordar el Código Deontológico y no sé, ¿quizás la mínima ética que debería aprenderse en Preescolar?

http://www.copmadrid.org/webcopm/codigod.pdf

miércoles, 12 de febrero de 2014

¿MPGS o PIR?

http://www.avaaz.org/es/petition/El_gobierno_de_la_nacion_y_mas_especificamente_el_ministerio_de_sanidad_Apoyen_y_regulen_adecuadamente_el_ejercicio_de_l/?fbss

En relación con la anterior noticia, expongo de forma breve mi opinión sobre lo dicho en ella, mostrando una pequeña conversación que he tenido con una compañera de profesión preparándose el PIR como yo.

Recalco que NO estoy en contra del MPGS en sí mismo, pero de lo que pretende el anterior texto: equiparar las competencias del MPGS a las adquiridas vía PIR.

 "Si habilitan el MPGS para evaluación, diagnóstico e intervención.. ¿cuál sería la separación con las competencias PIR? Ya no sería el PIR necesario y con las pocas plazas que hay... desaparecería. Es como si a los médicos con hacer un máster, les habilitase la misma especialidad que el MIR y sus 4 años de formación específica. Creo que no es equiparable. ¿Que es una vergüenza la situación actual? Por supuesto que sí, pero con esa propuesta lo único que se pide es equiparar las competencias del MPGS al PIR y eso sí que lo veo peligroso."

"Estoy de acuerdo en todas tus críticas, ¡por supuesto! A mí más que nadie me la han liado siendo la primera promoción de grado de la UCM y sus "haces itinerario pero no especialidad pero al mismo tiempo tienes más del doble de horas de prácticas que licenciatura, pero en realidad no sabes nada de Clínica...blablabla". Creo que sí es posible habilitar a personas que con años de formación, han adquirido los conocimientos necesarios para ejercer funciones que sólo competen a la especialidad de Clínica (legalmente hablando). Y creo que un problema gordo es que la única especialidad reconocida dentro de la Psicología, sea la Clínica y que no están bien delimitadas del todo sus competencias "dentro y fuera". Sí, estoy de acuerdo con todo lo que dices, pero NO creo que un máster de dos años (que no digo que lo regalen, obviamente en los másteres se estudia Y MUCHO pero obviamente es menos tortura y duro que por lo que estamos pasando nosotras) te habilite para lo mismo que todo lo que se estudia previamente en el PIR y sus 4 años de Residencia respectivos (sobre todo, esto último). Si la psicología es Sanitaria, como entiendo que es, también entiendo el lío con que NO se reconociera nuestra carrera como sanitaria (sí, es absurdo),pero la Clínica al ser una ESPECIALIDAD es tipo MIR,FIR...etc y las especialidades sólo las acredita el estado (formalmente hablando) y se deben regir todas por un cuerpo común, es decir, el tipo de examen y la residencia. Sí, debería haber unos miles de plazas más, eso está clarísimo y porque eso no lo veamos viable (o más bien, no les dé la gana hacerlo viable), no creo que haya que ir a "la solución fácil" del máster que, además, va a enriquecer bastante a unos cuantos y para el que también hay límite de plazas. De todas formas, si estás de acuerdo con que se habiliten las MISMAS competencias para el PIR que para el MPGS...¿no sería más lógico y "cómodo" hacer el MPGS? ¿O es que en realidad nos damos cuenta de que, aunque el PIR no sea perfecto ni la residencia tampoco, es la mejor vía para formarte como profesional especialista en Clínica?"


martes, 11 de febrero de 2014

¡Hola y bienvenidos!

Madrileña de 22 años, recién licenciada en Psicología. Me creía que sabía algo y resulta que no sé nada. Me sumergí en el mundo del PIR hace unos meses (¡y sin bote salvavidas!) y me dejo mecer por las olas. Contra viento y marea, lo conseguiré: residente en Psicología Clínica (cosquillitas por el estómago). De momento, me conformo con estudiar mucho, engordar las cartucheras y tener un mínimo contacto con el exterior a través de internet. De ahí lo del blog: una ventana de mi mundo y del mundo. Esto es un toma y daca: yo escribo por aquí mis penas y penurias de vez en cuando, intercalándolo con artículos y curiosidades sobre psicología y tú... lo que quieras darme: ánimos, consejos, preguntas.

Desde antes de saber atarme los cordones de los zapatos, ya sabía que mi futuro tenía que estar en un hospital. Y las vocaciones hay que llevarlas a cabo. Ciertos hechos significativos en mi vida me hicieron decantarme por la Psicología Clínica y el resto de la historia, es historia. Me indigno mucho y fácilmente, me gustaría que las cosas fueran diferentes, pero al mismo tiempo soy la alegría de la huerta. Paradoja, ambivalencia.

Creo en la Sanidad de calidad, en el trabajo conjunto y multidisciplinar de todos los profesionales y, sobre todo, creo en el ser humano. Me conmueven sus historias, a veces me pone nerviosa su pasividad pero, sobre todo, creo en ellos; porque por mucho que yo haga, diga o me cuelgue de las lámparas, cada persona es responsable de sí misma.

Aquí tenéis un pellizquito de mí.
Espero dejaros con ganas de más.




PD: Dedicatoria especial para la doctora Jomeini, mi blog favorito de entre todos.