martes, 28 de octubre de 2014

Diagnóstico sí, diagnóstico no.

Tras un tiempo desaparecida (se me rompió el ordenador), ¡por fin toca entrada! Esta va a ser breve y muy ligada a otra que escribí ya sobre las "etiquetas", pero necesitaba exponer mi opinión de alguna forma dado las recientes declaraciones de Marino Pérez sobre la no existencia del TDAH y artículos a raíz de ellas que he visto en diversos periódicos (por cierto, con informaciones no contrastadas y erróneas).

Lo primero, expondré mi opinión sobre el TDAH, que en realidad, es generalizable a todos los trastornos psicopatológicos y a muchísimos "médicos". No puedo afirmar que el TDAH exista, del mismo modo que no puedo afirmar que no. ¿Está sobrediagnosticado? Creo que sí. ¿La escuela actual favorece que cierta clase de niños se desvíen de la norma y no puedan atenerse a ciertas reglas de comportamiento? Sí. La actual y la de siempre. ¿Habría otras formas de educar, sobre todo a los más pequeños? Haylas. ¿Me parece peligroso dar una medicación estimulante de forma crónica a niños pequeños? Obviamente. Y vuelven a faltar psicólogos clínicos (másplazasPIRporfavor). ¿Quiere esto decir que NO hay un sólo niño con problemas que pudieran estar relacionados con lo que entendemos por TDAH? ¿Es que no hay niños tampoco con dislexia, depresión o esquizofrenia? Para mí, la respuesta es obvia.

Ahora, pasemos a analizar algunos de los argumentos que se utilizan para defender la no existencia del diagnóstico de TDAH. Se dice que, aun suponiendo que es un trastorno con una fuerte base biológica (hipofrontalidad, tasas de concordancia en gemelos monocigóticos que llegan al 70%), no se encuentra ni una sola prueba concluyente para hacer el diagnóstico y que sirva para diferenciar a quienes de verdad tienen el trastorno de quienes no. Bien, si nos dejamos guiar por este argumento, ¿acaso entonces podemos afirmar que exista algún trastorno psicopatológico? Partimos de un modelo de diátesis-estrés, de una vulnerabilidad biológica y psicológica de base que se "activa" por así decirlo por acontecimientos ambientales (50% genética, 50% ambiente como regla general). Se supone que todos los trastornos tienen esa base biológica, aunque no sea suficiente por sí sola para desarrollar el problema. ¿Me puede decir alguien dónde está la prueba médica infalible para diagnosticar una depresión? ¿O una esquizofrenia? (otro trastorno que también se medica de forma crónica, por cierto, aunque haya pruebas de que no es necesario e incluso es contraproducente). ¿Los hallazgos con técnicas de neuroimagen son causa o consecuencia del trastorno? ¿Y cómo influye la medicación? Así, no podríamos diagnosticar nunca, ya que sólo podemos de momento establecer correlaciones no generalizables que no se cumplen en todos los casos. Así, la hipofrontalidad se puede encontrar tanto en el TDAH como en la Esquizofrenia, el aumento de los ventrículos tanto en Esquizofrenia como en Trastorno Bipolar...etc y no todos los pacientes muestran las mismas alteraciones.
¿Es esto algo que ocurre exclusivamente en los trastornos psicopatológicos? ¿Somos los psicólogos y los psiquiatras los científicos que se sacan diagnósticos de la manga? Desde luego que no. Partiendo de que en ambas disciplinas de toma un modelo médico de diagnóstico como referencia (es decir, nosológico) y quizás sería más adecuado otro tipo de modelos (algo que no entra dentro de la discusión de momento aquí), tendemos a pensar entonces como referencia a la "medicina tal cual"  (aunque la psiquiatría sea una rama de la medicina), a esa que te hace un análisis de sangre y te dice lo que tienes. Violá. Sería lo ideal, ¿no? Una prueba concluyente para cada trastorno. Innumerables enfermedades médicas no tienen pruebas concluyentes, se confunden entre sí. ¿Podemos entonces decir que esas enfermedades no existen? Pongamos un ejemplo. La enfermedad de Behçet es un trastorno autoinmune, una vasculitis sistémica que afecta a todos los vasos sanguíneos del cuerpo. Entre otros síntomas presenta: úlceras genitales y orales, afectación de la piel, uveítis (y otros problemas oculares), artritis, problemas digestivos (pseudocrohn), problemas neurológicos, vasculares... etc. No hay ni una sola prueba médica que nos indique que estamos ante esta enfermedad. El diagnóstico se hace en base a la clínica y descartando enfermedades afines y similares tales como Crohn o Esclerosis Múltiple. ¿Afirmamos que esta enfermedad no existe, pues? De nuevo, la respuesta es obvia.

Otro de los argumentos que he leído en contra del TDAH es la supuesta eficacia de la medicación. Desde luego, para medicar a cualquier ser humano de forma crónica, habría que ir con muchísima cautela. Los estudios en general en psiquiatría y psicología clínica no dejan de advertir las limitaciones de la medicación y que, por lo general, debería relegarse a los casos más graves y crónicos y en cierto tipo de trastornos y cuando el paciente lo desee (lo que no es normal es que vengan adolescentes a consulta con la Fluoxetina puesta de casa por el médico de cabecera antes de haber siquiera comenzado el tratamiento psicológico y sin que les haya visto jamás un psiquiatra; y lo mismo con los adultos). La medicación "parece funcionar", sobre todo con cierto tipo de síntomas. Se critica que se parte de un supuesto mecanismo de acción (hipótesis de la infraactivación o la de la sobreactivación), sin que haya pruebas de que funcionen por ello realmente. Volvemos a lo de antes. ¿En cuántas enfermedades funcionan incluso varias medicaciones y no se sabe por qué? No estoy diciendo que mediquemos entonces por supuesto a los niños. Ya hemos visto todos los problemas de los que partimos (sobrediagnóstico, falta de tratamiento psicológico...). Pero tampoco podemos desechar una alternativa terapéutica sin argumentos sólidos contra ella.

En conclusión, considero que antes de hacer afirmaciones dogmáticas y absolutas, deberíamos indagar más allá y no quedarnos con un plano de la realidad. Supuestos expertos que pueden influir mucho y se quedan con argumentos vacuos. La clínica, la realidad, es mucho más complicada que un estudio de neuroimagen. La realidad es que hay padres asustados, niños incomprendidos y que llámalo TDAH o llámalo X, necesitan ayuda. No es normal que pasemos de diagnosticar a todas horas trastornos a que de repente, pasemos a no diagnosticarlos nunca. Porque diagnostiques una cosa no quiere decir que exista, y porque no la diagnosticas, no quiere decir que no lo haga.

Espero que esta entrada no levante muchas ampollas.

Por lo demás, aquí sigo, estudiando, para alcanzar mi sueño de ayudar a los demás.